miércoles, 24 de febrero de 2010

SI DE FEMMES LETALES HABLAMOS...




Sin dirimir demasiado, aseguro que mis dos heroínas hollywoodenses preferidas son Charlize Theron y Milla Jovovich, ignoro si en ese orden de importancia. A la primera la amo por Aeon Flux, thriller futurista muy cercano a Un mundo feliz, de Huxley. Y a la Jovovich por la saga posapocalíptica Resident Evil, crossover entre el cine zombi y el puramente catastrófico. En sus respectivas cintas, ambas están como las merecemos: hermosas y letales. Lo poderoso y el divino femenino que pregonan en el celuloide me maravilla y aterra simultáneamente; en una palabra, me subyugan cabrón. Charlize y Milla satisfacen a un público cinematográfico hambriento de figuras Femme Letal que destacen el orgullo fálico del cine de acción masculino, con sus consabidos representantes antipáticos y vomitables. Theron y Jovovich, heroínas distópicas de una mitología de gelatina y plata que nutre el sueño diurno por excelencia de seres, como yo, con un nivel mental límite (grado de pendejez no tan grave, según una clasificación de enfermedades mentales reciente). Ambas están entre nosotros para recordarnos que un Dios perfecto y todopoderoso es probable. Neta que yes.