miércoles, 2 de junio de 2010

BABELIA REVISITADA


Hoy encontré en uno de los pasillos de la editorial donde trabajo una edición sabatina de El País, el o uno de los periódicos más importantes de España. Sólo me apropié del suplemento cultural Babelia y dejé que el periódico siguiera purgando su condena al olvido. Mientras regresaba feliz a mi lugar por el botín obtenido, recordé cuando descubrí la existencia de Babelia. En aquellos días, hace como tres años, no tenía trabajo y juntaba monedas de donde fuera para comprar El País los sábados y leer su suplemento cultural. Todas las veces que lo compré tenía el dinero exacto para eso, ni un peso más, así que debía irme caminando desde casa hasta el Sanborns más cercano. Las caminatas eran de una hora, ida y vuelta, pero al llegar a mi habitación a leer el suplemento terminaba diciéndome que había valido la pena la caminata. Por Babelia conocí autores nóveles de cuya obra no se hablaba aún en México, entre otras novedades musicales o de cine. Cuando me dieron trabajo, de largas, largas, jornadas diarias, dejé de conseguír El País los sábados; en el poco tiempo libre que me quedaba quise concentrarme en la lectura de libros que tenía rezagados. Pero hoy que redescubrí Babelia me propongo adquirirlo de nuevo religiosamente cada fin de semana. Como en los viejos tiempos, me iré caminando a comprarlo, pero ahora con la certeza de que tengo algo de dinero extra para también comprar un café y acompañar la lectura de ese suplemento que verdaderamente puede llamarse cultural, no como otros que andan por ahí exhibiendo su avanzado estado de putrefacción.