miércoles, 13 de enero de 2010

¡TIERRA DE ZOMBIES (SIC)!



Soy fan irredento del tema zombi. Foxdine se burla mucho de mí porque cierta vez le confesé que uno de mis temores más grandes es que ocurra una hecatombe zombi, sí, que todos se anden tragando unos a otros a diestra y siniestra. Pues bien, no podía dejar de ver Zombieland, cuya traducción en esta ocasión es casi correcta, de no haber sido por la pendejada mayúscula de ponerle Tierra de zombies en lugar de Tierra de zombis. Los pendejos de la productora que distribuye la cinta en México no saben que la palabra angla zombie existe en español. En fin.

La película es, en general, muy cagada, pero salí del cine pensando en que si alguien que no tiene la fascinación por lo zombi la podría disfrutar. El humor gringo nunca se ha caracterizado precisamente por las carretadas de neuronas que lleva detrás, pero en el contexto zombiapocalíptico-fársico en el que transcurre la película lo hace disfrutable. Pero la neta es que a mí me atrajo más la violencia, una rayita más arriba de lo gore, con la que Woody Harrelson despacha placenteramente a decenas de infectados.
 
Mención aparte merece la aparición del gran Bill Murray, quizá lo recuerden en filmes tan chingones como Lost in Translation, en el que la supermami Scarlett Johansson se enamorá de él, y Broken Flowers, esta última del genial Jim Jarmusch. La actuación de Bill, como él mismo, es una autoparodia o un homenaje ante mórtem nada solemne con un final inesperado que, esto sí, provoca que te cajetees de risa. Seguro que eso es lo mejor de la cinta.

Zombieland no obtendrá ningún premio, ni siquiera el Chespirito (¡horror!), pero tanta moronga y vísceras por todos los rincones de la pantalla, además del redescubrimiento de la ricura Emma Stone, una de las protagonistas, hace que te olvides del pinche frío y de que aún sigue en el poder un tal Calderón, de quien no es difícil asegurar que tiene el cerebro zombificado (sic).


     

1 comentario:

  1. Ya existe Zombi Land; es Puerto Príncipe. Sorry, pero ya que andamos hard-core, se aceptan bromas crueles, ¿no?

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